Una revisión de aoraciones

Mas ¡ay Señora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Gracejo, y sin el favor de vuestro cuidadoso socorro.Origen del consuelo, que experimentaste un dolor tan musculoso al encontrar a tu querido Hijo con la Cruz a cuestas en la calle de la Amargur

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